- ¿Qué enseñar a partir del advenimiento de Internet? - José Luis Flores Miranda
Como indica Joan Majó, “la facilidad de crear, de procesar y de difundir información ha hecho que pasemos de una situación donde la información era un bien escaso a una sociedad donde la información es un recurso superabundante o excesivo. Sobra información desde todos los puntos de vista”; de hecho, como insiste, estamos entrando en una sociedad en la que la avalancha de información empieza a ser preocupante.
Partiendo de este hecho, el mundo educativo debe saber adaptarse a esa situación. Así, tener esto en cuenta es fundamental, desde el punto de vista de los educadores, porque nuestros esquemas mentales tienen que cambiar, ya que asociamos la falta de conocimientos con la falta de información y eso ahora, evidentemente, ha cambiado, porque la causa principal de la falta de conocimiento es principalmente el exceso de información, además de la falta de habilidad para procesar la información necesaria en este contexto donde nos encontramos hoy. Las habilidades de antes -recoger mucha información- con las de ahora -procesar la inmensa cantidad de información disponible- no tienen nada que ver. Es un vicio que todavía tenemos debido a la escasez de información que teníamos antes y a la costumbre de mantener hábitos y tradiciones ante el temor a la posible ineficacia de los cambios.
Por tanto, antes de preguntarnos como educadores qué es lo que se tiene que enseñar para aprovechar perfectamente la herramienta de Internet, sería conveniente que supiéramos establecer filtros para saber valorar la calidad de la información que deseamos poner a disposición de nuestros principales usuarios: los alumnos. Es un nuevo papel del profesor: ser una persona que escoja y valore la información y que en función de esa valoración, separe el grano de la paja, estableciendo fuentes de conocimiento.
Una vez tamizado el conocimiento, coincidimos con Majó en que tenemos que abandonar la idea de que es necesario saber muchas cosas, ya que lo importante es saber aprenderlas en el momento en que las necesitemos. Es más importante saber dónde están y cómo podemos obtenerlas que tener los conocimientos como objetivo final.
Por último, también es necesario que los docentes aprendamos a interpretar el lenguaje audiovisual. Ahora estamos pasando de una sociedad donde la transmisión de información ha sido fundamentalmente escrita a una sociedad donde esta transmisión ya no será escrita. Han aparecido nuevos sistemas que tomarán protagonismo aunque la transmisión escrita todavía existirá, a pesar de que cambiará su medio. Es lo que llamamos soportes multimedia. Tendremos que aprender a analizar el lenguaje audiovisual ya que en el futuro nos llegará toda la información en este lenguaje, y de una manera especial, en el lenguaje visual. La imagen tiene un lenguaje impresionante que ha evolucionando muchísimo en las últimas décadas. Este lenguaje audiovisual no lo conocemos, y tampoco siempre nuestro alumnado, el cual está recibiendo un impacto extraordinario cada día, de una potencia increíble. El alumno actual sufre un impacto brutal de la imagen en su personalidad, a partir del primer momento en que los ojos permiten ver y adecuarse a las miradas.
Una vez tenidas en cuenta estas consideraciones iniciales es cuando podemos empezar a pensar en qué debe ser enseñado mediante Internet. Tras leer la conferencia de Majó, estamos plenamente de acuerdo en que lo primero que debe hacer el sistema educativo es “enseñar a la gente a desaprender, porque desaprender quiere decir aceptar que lo que sabes no vale, y eso es una actitud nueva que tiene que crearse, una actitud de renovación, de flexibilidad, de relativismo respeto de determinados conocimientos”.
Desde este punto de vista, Internet es una herramienta muy válida que nos ofrece varias posibilidades para ser aplicadas dentro del mundo educativo, siempre desde un enfoque nuevo, distinto al de la enseñanza tradicional, que intenta dejar de lado la mera recepción y adquisición mnemotécnica de datos, ayudándonos a aprender métodos nuevos.
Una de las modalidades más habituales, y que últimamente se está usando mucho desde el mundo educativo, es el de la confección de diferentes cursos on-line (y sus variantes mediante el uso de la plataforma Moodle) que permiten, incluso, diseñar toda la programación de una asignatura a lo largo del año académico.
La preparación de cursos para ser impartidos por Internet puede ser difícil para la persona que no posee conocimientos especiales de informática ni preparación en las herramientas típicas de Internet. Esta dificultad se puede solucionar en buena medida gracias a algunos programas comerciales (WebCT, TopClass, etc.) que integran diferentes herramientas (Web, correo, gestión del curso, examinadores, etc.) y son fáciles de aprender a usar.
En los últimos años se han multiplicado las ofertas de cursos "on-line". Entre ellos los hay de muy diversos tipos. Desde cursos a distancia que sólo usan el correo electrónico o un pequeño web para apoyar el sistema tradicional de enseñanza a distancia, hasta aquellos a los que sólo se puede acceder usando el ordenador y donde todo el contenido del curso se trabaja a través de él.
Algunos de los cursos que se ofrecen en Internet son cursos técnicos, muy especializados y otros son mucho más generales o dirigidos a la formación del personal de una empresa en técnicas comerciales, informáticas o similares. Además en la red hay muchas páginas que dan acceso a numerosos enlaces con distintos tipos de cursos "on-line".
La enseñanza “on-line” se está empleando en instituciones académicas de todo el mundo con diferentes objetivos. Algunas la utilizan como un complemento muy interesante a las clases presenciales y otras ofrecen la posibilidad de cursar carreras completas.
Gracias a estos cursos, los docentes seremos cada vez menos unos simples transmisores de conocimiento, y pasaremos a ser unos tutores que cumpliremos en gran medida otra función: la de ordenar la información, dirigir a los alumnos hacia donde pueden encontrarla y hacerles notar la diferencia de calidad entre las diferentes informaciones. Es decir, ejerceremos una tutoría direccional y de intermediario entre el alumno y los conocimientos que tienen que aprenderse, que ya están aquí, y que no es preciso que los transmita directamente el profesor.
En conclusión, lo que debe ser enseñado mediante Internet empezará a ser secundario desde el punto de vista del estricto conocimiento a impartir. Será mucho más importante dotar al alumnado de herramientas con las que ellos mismos, según sus intereses personales y su ritmo de aprendizaje, puedan acceder a los diferentes saberes en el momento en que lo consideren conveniente. En este sentido, el mundo educativo ejercerá un mero papel de transmisor de información, enriqueciéndose cada vez más el papel de mediador que últimamente había desaparecido del conjunto de funciones del docente.
- CÓMO ENSEÑAR CON INTERNET – Nuria Fernández García
Siglo XXI, vivimos en la sociedad del conocimiento, la sociedad de las Nuevas Tecnologías. Todo lo que nos rodea está construido en torno a ellas y a su vez fuertemente determinado e influenciado por ellas. Nuestro día a día ya nada tiene que ver con el de nuestros padres, e incluso si nos apuramos con el nuestro hace quince o veinte años. Hoy por hoy no podemos vivir sin la tecnología, sin estar localizables en un teléfono móvil o conectados a Internet. Y la escuela no puede, ni debe, ser ajena a estos cambios. Partimos de la base que nuestros alumnos han nacido con un ordenador bajo el brazo y que no son capaces de imaginar un mundo sin redes sociales o páginas de chat. Por eso, debemos ser capaces de aprovechar todo lo que las nuevas tecnologías nos ofrecen.
Para empezar, el uso en clase de una herramienta como Internet es una importante fuente de motivación para el alumnado. Les permite entrar en contacto con un mundo que conocen y dominan, lo que puede hacer nuestras clases más atractivas para ellos. Además, por medio del correo electrónico podemos estar en contacto permanente, lo que nos permite mantener una comunicación fluida con ellos. No debemos olvidarnos tampoco que Internet es una gigantesca enciclopedia al alcance de todos; por eso, podemos aprovechar dicho potencial para hacer que nuestros alumnos aprendan el manejo de los buscadores y lo usen en su trabajo de clase diario. De la misma manera, Internet también deber sernos de gran ayuda a los docentes, ya que nos permite buscar y obtener materiales para nuestras clases, entrar en contacto con otros compañeros y compartir experiencias e incluso enviar y recibir tareas de nuestros alumnos.
Otra de las grandes ventajas del uso de Internet en la educación es la formación a distancia. Gracias a la red, podemos realizar todo tipo de actividades formativas on-line, permitiendo que aquellas personas que no pueden desplazarse o carecen de tiempo realicen estudios de todo tipo desde su propia casa. Y todo ello con la libertad de elegir el cuándo, el cómo y el dónde, con la facilidad de establecer nuestro propio ritmo de trabajo, adaptándolo a nuestras necesidades y características personales.
Es cierto que Internet puede crear una cierta deshumanización del proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no es menos cierto que abre la puerta a un mundo lleno de conocimiento.